¿Y si sustituyésemos investigación por escritura, práctica por experiencia, reflexión por atención y conocimiento por sentido? Podría pensarse,
entonces, tal vez, en algo así como el educador como escritor que trata
de elaborar y de compartir, en la escritura, el sentido o el sinsentido
de lo que pasa, tratando de que la escritura le ayude a estar atento al otro.
Por ahí. me parece, nos parece, puede ir la cosa.
Jorge Larrosa
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